Pedro
Pablo Pérez Santiesteban, en efecto, nos engaña, nos hace creer que la musa de
estos versos es un ser biológico, pero hay un detalle que desde el primer poema
lo descubre: la mirada al espejo, ese ir «en un letargo de largo suspiro
buscando una roca que me aguante», y luego: «son mis andares tan distintos a
los tuyos y a los de él y a los de ella... » porque claro está, cada viajero
lleva recuerdos distintos, aunque el mismo destino: el resto del mundo.
Poesía
emocional, nostálgica, libre en su forma, nos ofrece el autor, quien confiesa
que no intenta acercarse a la perfección, sino abrir su alma en su escritura
para dar su punto de vista sobre su entorno, una visión matizada por sus
sentimientos.
NELSON JIMÉNEZ VIVERO
Octubre – Noviembre 2013
Para residentes en Estados Unidos
Para residentes fuera de los Estados Unidos
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