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Del otro lado de las costas




Duele el corazón y llora el alma del emigrante, aunque el suelo que lo acoja mejore su existencia. Esa es la esencia de Del otro lado de las costas, bella prosa, que nos regala el poeta Pedro Pablo Pérez Santiesteban. En su narración expresa sentimientos muy profundos, nostalgias y luchas por mejorar su vida, pero sobre todo denota su anhelo de lograr fundir con tierra firme ambas orillas.
Tras largos años de ausencia, el narrador regresa a La Habana, buscando entre las personas y las casas su infancia, su adolescencia… sus sueños y fracasos. A simple vista todo parece igual, pero la vida se le ofrece en otra dimensión y advierte con hondo lirismo, como gran poeta que es: «Simplemente los colores también se habían fugado de Cuba, y solo el blanco y el negro quedaron para proteger en sepia a los recuerdos.»
En reflexiones y diálogos el protagonista transita a través de sus raíces. Cuando reencuentra a su madre y a sus amigos, le es difícil explicarles su experiencia personal «porque desgraciadamente el lugar ideal no existe, solo en nuestros pensamientos, o cuando se logra estar bien con uno mismo». Descubre dos lados del sentimiento que prevalece en la Isla: quienes se aferran al terruño, a sus recuerdos, a la tumba de sus muertos, para no partir hacia otros rumbos —como el caso de su madre y la amiga de esta—, y el objetivo primordial de otros en su afán de «saber qué hay del otro lado de las costas».
Lo que más duele en su alma es comprobar que dejó de pertenecer al entorno amado, que sus recuerdos «guardado en su baúl de la nostalgia » son ajenos a la realidad imperante. Con prosa poética, Pedro Pablo ha dicho: «La estampa de hoy distaba mucho de la que guardó con recelo por muchos años y que ahora se desvanecía como gaviota confusa entre la espuma del mar. »
Los amigos del narrador buscan nuevos caminos, de las más diversas maneras, como el propio Pedro Pablo y muchos más en el exilio, graduados de una carrera brillante, encontrando su sostén en muy disímiles oficios. Sin embargo, advierte que los cubanos no se rinden, siguen viviendo llenos de orgullo nacional, superan todas las encrucijadas, radiquen donde sea, porque «se puede lacerar a la materia, pero jamás a los sueños».

Margarita Polo

Editorial Voces de Hoy


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